lunes, 31 de agosto de 2009

"Hay una concepción acomodaticia de la democratización de espectro radial" (El Nacional)

JORGE MORET El catedrático de la Universidad de Los Andes habla de la relación medios-gobierno
"Hay una concepción acomodaticia de la democratización de espectro radial"
El académico, profesor de la cátedra de radio de la ULA durante 12 años, considera que el proceso que han experimentado las radios comunitarias en Venezuela está ligado al proyecto político e ideológico. Esta situación viola la propia naturaleza de estos medios

J orge Moret no sólo es experto en Comunicación y Sociología, doctorado que recibió en la Universidad Complutense de Madrid, sino que fue profesor de la cátedra de radio en la Universidad de los Andes donde formó a varias generaciones de periodistas que hoy ejercen en medios oficiales, privados y comunitarios.

Fue jefe del departamento de Comunicación Social y actualmente es director de Comunicaciones de esa casa de estudios. Pero más allá de su formación académica y de los cargos universitarios que ha ejercido, en las aulas donde daba clase se hablaba de la radio que debía hacerse, se hacían ejercicios de la radio posible. Mañana se cumple un mes del cierre de 34 emisoras de radio, así que el tema, ahora, es la defensa de la libertad de expresión.
Sin ella, ningún ejercicio es posible.

--¿El gobierno tiene una concepción errada o manipuladora de lo que significa la democratización del espacio radioeléctrico? --El gobierno no sólo tiene una concepción errada de lo que es la democratización del espectro radioeléctrico sino de lo que es la democracia. Cuando no se respeta y promueve la libertad, la pluralidad de ideas, la independencia de los poderes y la transparencia de su accionar, no podemos hablar de democracia. Hay una concepción acomodaticia e interesada de lo que significa democratizar el espectro radioeléctrico. Si realmente existiese esa intención diera ejemplo: la parrilla informativa de VTV, TVES, RNV tendrían que ser plurales, equilibradas, deberían mostrar todas las caras de la realidad venezolana sin escamotearlas.
--¿Qué debería implicar una política pública de democratización de espacio radioeléctrico? --Una democracia moderna debe garantizar dos cosas. La primera, un sistema público de medios de comunicación que sea capaz de mantener en el tiempo una independencia de gestión y una línea editorial e informativa sin interferencia del gobierno de turno. La segunda, ser garante de que el sistema de medios independientes --privados y comunitarios-- pueda desarrollarse en igualdad de condiciones.
--¿No es una contradicción hablar de democratización y querer consolidar una hegemonía comunicacional al mismo tiempo? --No es posible ser un demócrata de principios y andar fantaseando con la hegemonía y el control de los medios de comunicación. ¿Acaso es democrático querer asfixiar a los medios independientes, ejercer todo el peso y poder del Estado para menguar la capacidad crítica que tiene el pueblo y los medios independientes? Pero esa contradicción es usada por el aparato propagandístico del gobierno para hacer creer que los medios son los culpables de las desgracias de los venezolanos y que por ello se ven en la obligación "divina" de salvarnos de semejante tragedia nacional.
--Los sectores oficialistas señalan que el pueblo debe recuperar espacios que perdieron. ¿Qué tiene de cierto o falso esta afirmación? --Es una artimaña muy bien orquestada de la propaganda sistemática del régimen. El gobierno entiende pueblo como sinónimo de afectos al gobierno y militantes del PSUV.
El resto no existe, somos invisibles ante la arrogancia oficial. Si se trata de esa definición, se hace evidente la lógica de rapiña que han ido institucionalizando para apoderarse de lo que, a su juicio, les pertenece.
--¿Qué se oculta detrás de la matriz de opinión que señala que los que están en contra del cierre de las radios están en contra de las radios comunitarias? --El gobierno busca la confrontación. Esto es uno de los mecanismos perversos de quienes diseñan y dirigen la propaganda oficial. Se busca en primera instancia criminalizar, excluir y descalificar a quienes creemos que ha sido un error tremendo cerrar 34 emisoras de radio.
Además, es un mecanismo de persuasión para alimentar e instar a sus seguidores a defender una decisión que, aunque arbitraria e irracional, requiere de multiplicadores informales que propaguen la verdad oficial.
Es bueno señalar que este gobierno cuando promulgó, el 8 de enero de 2002 en la Gaceta Oficial Nº 37.359, el Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias de Servicio Público, sin fines de lucro, diferenció claramente lo que la legislación vigente establece como radio comunitaria y la Ley Orgánica de Telecomunicaciones señala como emisora con fines de lucro. Digo esto, para evidenciar dónde esta la manipulación. Cerrar 34 estaciones de radio que operaban con fines de lucro nada tiene que ver con que existan o no las radios comunitarias o que se esté a favor o en contra de su existencia.
Lamentablemente el proceso que han experimentado las radios comunitarias en Venezuela está ligado a un proyecto político e ideológico. Evidentemente que en la práctica comunicativa de estos medios hay un divorcio entre lo que la normativa legal vigente establece y lo que la misma Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc) considera el deber ser de una emisora de estas características. Basta darle un repaso a la programación de un día a cualquier emisora comunitaria del país para evidenciar que lo previsto en los artículos 23 y 26 del Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias de Servicio Público no se cumple.
El artículo 23 señala que: "Las fundaciones comunitarias deberán asegurar el acceso equitativo de todos los miembros de la comunidad a los servicios que presten y, en tal sentido, no podrán realizar ningún tipo de acción u omisión que implique discriminaciones que impidan el acceso al medio de algún individuo o grupo de éstos".
Y el artículo 26, entre otras cosas prevé en cuanto a la programación que los operadores comunitarios deberán "garantizar la transmisión de programas de contenido educativo, cultural e informativo que beneficien el desarrollo de la comunidad, así como coadyuvar en la solución de la problemática de la comunidad. Garantizar el respeto de los valores éticos de la familia y la sociedad venezolana y evitar la discriminación por razones de creencias políticas, edad, raza, sexo, credo, condición social o por cualquier otra condición. Abstenerse absolutamente de transmitir mensajes partidistas o proselitistas de cualquier naturaleza".
CONATEL, como ente responsable y rector del sector, está en capacidad de garantizarnos a todos los venezolanos por igual que estos principios que sustentan la radiotelevisión comunitaria en país se cumplan a cabalidad.
--¿Por otro lado, han descuidado los medios privados su función de servicio público? --Creo que lo que han perdido es el acercamiento directo a los problemas de los ciudadanos. El tema fundamental, como consecuencia de la cada vez más acentuada polarización, es que su agenda informativa está saturada de las informaciones referentes al hecho político. Se trata en todo caso de diversificar aún más lo que diariamente ofrecemos a nuestros lectores, oyentes y televidentes.
--¿Qué consecuencias tiene para el interior del país el cierre de emisoras que integran un circuito nacional? --Cada vez que se cierra un medio se está atentando con las vinculaciones emocionales que se establecen entre los usuarios y el medio. Vivimos lo que pasó con RCTV pero ahora con las radios.
Cerrar emisoras en la frontera es muy peligroso, pues ese espacio que dejamos vacío inmediatamente es ocupado por las emisoras colombianas. Pero hay más, con todas las emisoras que había, incluyendo las cerradas, no cubrimos todo nuestro territorio.

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